Cada cabello mío va adquiriendo su tono entre tus dedos
cuando lo acaricias. Cada mechón espera que tu fantasía lo corte.
Es alfombra que cae sobre tus piernas en la caricia o el
descanso. Toma el brillo que le pone tu mirada y, a veces, adquiere esos tonos
rojizos de la pasión que bulle en mis manos.
No puedo olvidar la sensación de tus dedos cuando en el se
enroscan.
Hada