Damos mucha importancia a las propiedades, a las tierras, las casas, y mil cosas más. Sin embargo, parece que la vida humana nos deja indiferentes. Sabemos de mil muertes y aunque nos lleguen a estremecer en el momento, no nos movemos por ello.
Cuántos amigos o conocidos perdemos de vista en el camino, y sin embargo no estamos dispuestos a perder un piso, una joya…
Puede que no seamos capaces de ahondar en las cosas, que nos hayamos hecho demasiado frívolos e insensibles. Pero todo tiene arreglo.
Hada