miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los olvidados

En cielos azules volaba contigo
Y aquella nube gris que apareció
Me trae a la sombra de la vida.
Ya no puedo flotar en el éter, de alegría.
De manchas negras se ha tiznado mi lienzo
No suena nuestra canción

Camino a la isla de los olvidados.

Hada

De insultos...

Quien insulta no esconde nada, sino que respira por la herida.


Pancracio Celdrán Gomáriz

El insulto

En situaciones tranquilas todo el mundo es bueno, es claro: no hay caldo de cultivo para el insulto en situaciones normales, ya que es un mecanismo de defensa y en buena medida también de justicia, mecanismo que se suscita cuando el discurso moderado no conseguiría poner las cosas en su sitio. Como expresión del descontento y la contrariedad, el insulto es un instrumento al alcance de todos y nos permite alzarnos contra el estado de las cosas en el que nos sentimos atrapados, y actúa a modo de tubo de escape o de descarga adecuada al caso.


Pancracio Celdrán Gomáriz

Mi casa...

Cada casa es un museo mágico que habla de las personas que la habitan. Orden o desorden, obsesión o dejadez.

Me gustan las casas que no están para las visitas, sino para vivirlas.

El lugar donde se escribe, si es que se hace, debe tener un halo especial que habla de quien lo utiliza. Una mesa, un secreter… Y llenos ¿de qué?. Por arriba, quien sabe, algún botellín de agua, teléfonos, papeles que quedan por registrar… Incluso se puede encontrar uno con chucherías. ¿Y los cajones? Quizá libros, alguna revista, un cargador…

Puede que haya alguna colección en la casa. Como miniaturas, sellos, botijos, monedas, etc.

Su ubicación puede estar en un barrio obrero, en uno residencial, en Villa Mortadela… Pero todas, sin excepción tienen encanto.


Pero, como decía ET “Mi casa…”

Hada

martes, 3 de septiembre de 2013

Incauto corazón

Cada día está lleno de sus sonrisas robadas, y voy pasando la goma de borrar por el rojo intenso de mis sueños. Consigo unos tonos suaves que almaceno en mi memoria, para que mis palabras no me traicionen.

Hay una fina e invisible muralla, que me hará andar del otro lado, y no hay una lanzadera que me impulse a volar. He sujetado mis alas con un bello lazo de color imposible, y la brisa me acompaña en el filo en que paseo, haciendo agradable mi estancia en lo inverosímil. Un instante de ternura alimenta al ave prisionera, y el sentimiento de un cielo tan azul resarce su inquietud.

Mi incauto corazón no escuda sus andanzas, y entre sedas se pierde sin que yo lo sujete. Sobre el silencio pasará el tiempo, y quizá acalle su interna trova ardiente.


Un instante feliz, vale una vida.

Hada

La sensación de tus dedos

Cada cabello mío va adquiriendo su tono entre tus dedos cuando lo acaricias. Cada mechón espera que tu fantasía lo corte.

Es alfombra que cae sobre tus piernas en la caricia o el descanso. Toma el brillo que le pone tu mirada y, a veces, adquiere esos tonos rojizos de la pasión que bulle en mis manos.


No puedo olvidar la sensación de tus dedos cuando en el se enroscan.

Hada

Cita

No me basta con ser feliz, necesito que los demás sufran


Groucho Marx